TSMC ingresará a ‘Silicon Saxony’ con una planta de chips de €10B

TSMC se unirá a 'Silicon Saxony' con una planta de chips de €10B.

En un giro hacia Europa, el fabricante de chips taiwanés TSMC decidió ayer invertir en una fábrica de chips de 10.000 millones de euros en Alemania.

Con Taiwán bajo una creciente presión de Beijing para someterse a la autoridad de China continental, los políticos y los clientes están cada vez más preocupados por las interrupciones en las cadenas de suministro de semiconductores. Por lo tanto, el productor taiwanés busca diversificar geográficamente su dominante industria de chips de computadora.

Taiwan Semiconductor Manufacturing Corporation, o TSMC, produce la mayoría de los chips en Taiwán. A su vez, la isla del este asiático fabrica más del 60% de los semiconductores del mundo y el 90% de los más avanzados.

Por otro lado, la UE y Alemania en particular, han estado buscando fortalecer las capacidades nacionales de fabricación de chips. Esto significa subsidios estatales masivos, de los cuales TSMC ha decidido aprovechar.

El grupo con sede en Taiwán se está uniendo a Bosch, así como a los fabricantes de chips Infineon y NXP, para construir la fábrica en Dresden, en el este de Alemania. La subsidiaria propiedad mayoritariamente de TSMC (70%) se conocerá como European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC).

Ayer, la junta directiva de TSMC aprobó una inversión de capital de 3.500 millones de euros en la planta. La construcción comenzará en la segunda mitad de 2024 y la producción está programada para finales de 2027. Sin embargo, los chips producidos en Dresden no serán de la última tecnología. En cambio, serán de una generación anterior preferida por la industria automotriz.

El gobierno alemán ha acordado cubrir la mitad de los costos totales de la fábrica de Dresden, es decir, 5.000 millones de euros, lo que el ministerio de economía dice que está en línea con la Ley de Chips Europea.

La junta directiva de TSMC también dio luz verde a una inyección de efectivo de 4.500 millones de dólares (4.100 millones de euros) en la subsidiaria totalmente propiedad de TSMC, TSMC Arizona, con sede en Phoenix.

Después de retrasos debido a la escasez de personal, la primera planta de Arizona de TSMC, que construirá chips de 5 nanómetros, ahora está programada para estar en línea en 2025. También se está trabajando en una segunda fábrica que producirá chips de 3 nanómetros, actualmente los más avanzados en producción.

El proyecto de 40.000 millones de dólares (36.500 millones de euros) constituye una de las mayores inversiones extranjeras directas en la historia de Estados Unidos. Al considerar que la planta de 30.000 millones de euros de Intel en Magdeburgo también es la mayor inversión extranjera directa en la historia de Alemania, es difícil negar las implicaciones de la industria de chips para la economía global.

La apuesta de Alemania en la batalla de los chips

Los chips son bloques de construcción diminutos pero fundamentales de la tecnología moderna que alimenta desde teléfonos inteligentes y computadoras hasta equipos médicos avanzados y sistemas militares.

El acceso a los semiconductores es esencial para la economía de un país, así como para el avance tecnológico e innovación. De hecho, los chips de computadora se han convertido en uno de los sectores más críticos de la economía mundial, e incluso rivalizan con la industria del petróleo y el gas en términos de importancia geopolítica.

Si sigues la geopolítica de las capacidades de fabricación de semiconductores, probablemente ya te hayas dado cuenta de que tanto Estados Unidos como la UE están tratando de desvincularse, o al menos reducir los riesgos, de la dependencia de China.

Alemania es particularmente agresiva en su intento de atraer fabricantes de chips, incluso transfiriendo 20.000 millones de euros de un fondo climático para ganarse tanto a TSMC como a Intel. Sajonia, el estado alemán donde se encuentra Dresden, incluso ha sido apodada Silicon Saxony debido al número de fábricas de chips que se ubicarán allí.

Sin embargo, con la escasez de mano de obra y los continuos problemas con las cadenas de suministro, existen preocupaciones de que el impulso de Alemania hacia la independencia de los semiconductores pueda fallar. Sin embargo, el gobierno alemán ha asegurado a TSMC que conjurará tanto suficientes trabajadores calificados como materiales. En cualquier caso, esto está lejos de ser el último capítulo en la saga global de los semiconductores.